Toda acción
puede tener una o múltiples reacciones, pero en ciertos aspectos, para que
perdure la coherencia y el orden social,
se debe aplicar el Principio de Reciprocidad.
El principio de Reciprocidad se trata de
que ante ciertas conductas humanas, las
consecuencias sean iguales para todos, en el caso de un crimen por ejemplo, se
deberá juzgar el acto criminal, mas allá de las características del criminal.
Un ejemplo de no reciprocidad, seria, que la condena difiera basándose en la
ideología, religión o aspecto físico del criminal.
En caso de
que se rompa este principio, el mayor riesgo que se corre es que ante un
pequeño cambio, cualquiera pase de ser juez a ser condenado.
Mas allá de
haber dado el ejemplo de la ley, este principio debería aplicarse en los
comportamientos sociales en general.
En el caso
del 8N se esta rompiendo el
principio de reciprocidad respecto a algunos aspectos, por ejemplo lo muestran
como una acto de expresión libre y desinteresado que critica al Gobierno
Nacional, sin embargo, cualquier critica a la oposición, es tomada en forma
negativa y automáticamente a quien la dispara se lo acusa de dividir. Claramente, según quien critique, divide o une, dependiendo
de su ideología y no del acto en si.
Hay un
punto que considero mas grabe aun, si uno se expresa en contra de la
manifestación es tildado de “generar
violencia”, lo que autoriza automáticamente a “defenderse” con violencia.
Se puede
considerar el 8N como un acto político, dado que uno de los
objetivos de la marcha justamente es criticar las políticas nacionales y
quienes concurren a ella son votantes.
Por lo
tanto, desde un lado, se pueden criticar los actos y manifestaciones políticas
del Gobierno Nacional, pero el hecho de criticar
el acto político denominado 8N significa generar violencia.
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